sábado, 1 de abril de 2017

LOS DUENDES DEL TÉ

Y este secreto te lego, querida nieta, para que puedas continuar con la tradición y asegurarte un buen futuro. Jamás se lo digas a nadie o te robarán la fórmula:


Todo comenzó en una época en que cada mañana aparecían, de forma misteriosa, piezas rotas de mi vajilla. Decidí velar infatigablemente, y espié a escondidas. Por fin descubrí que unos duendes revoltosos y granujas ocasionaban los destrozos mientras yo dormía. Al día siguiente por la noche preparé un exquisito té en la única pieza que me quedaba sana: la tetera de porcelana de la abuela. Yo misma la estrellé, llena hasta el borde, contra el suelo y me retiré a dormir plácidamente. Por la mañana el té estaba lamido y la tetera flamante y recompuesta, como recién estrenada. Con ello trataban de decirme que querían más. Desde entonces, cada noche dejó la tetera rebosante de un buen té, junto a porcelanas rotas. Estas amanecen relucientes y enteras. Ese ha sido el modo de llegar a ser una de las más famosas artesanas restauradoras de cerámicas. Los duendes nunca renunciaran a su infusión. 

2 comentarios:

  1. Hermoso, al parecer encontraron los duendes y tu la solución, los duendes tomando el te y tu te transformaste en una afamada restauradora de ceramicas. Los duendes nos enseñan muchas cosas, la esencial debe ser respetar la naturaleza.

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    1. Un pacto con la naturaleza es el mejor. Ella nos lo da y nos lo enseña todo. Esos seres "elementales" de la naturaleza seguramente nos darían muchas lecciones. A ser agradecidos y a cuidar nuestros bienes, entre otras. Un abrazo, Hernán.

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