lunes, 26 de febrero de 2018

PASTEL DE SALMÓN EN MICROONDAS

 Tina de Luis - La narraTina- Pastel de salmón
No os compliquéis la vida. Este pastel quedará rico, vistoso y es muy fácil de hacer.

Ingredientes:
 Leche evaporada,  400 o 450 ml.
·         4 huevos
·         15-20 langostinos ya cocidos y fríos
·         10 palitos de surami
·         4 pimientos de piquillo
·         1 cucharadita pequeña de tomate frito o kétchup
·         2 rebanadas de pan de sándwich sin corteza.
·         Sucedáneo de caviar
·         200 g de salmón ahumado
·         Unas ramitas de hinojo (opcional)
·         Sal con moderación: los tronquitos, el sucedáneo de   caviar y el salmón ya llevan.
·         Un poquito de pimienta blanca molida

 Preparación:

1) Remojar el pan de sándwich sin corteza en la leche evaporada.
2) Mezclar y triturar los huevos, el pan, la leche evaporada, los pimientos de piquillo, los palitos de cangrejo, el tomate frito, el hinojo, la sal, pimienta... Cuando esté todo perfectamente batido, añadir los langostinos cortaditos en ruedecitas y 1 cucharadita de las huevas de lumpo (sucedáneo de caviar). Remover a mano la mezcla para repartir los ingredientes.
 3) Untar un molde de mantequilla y verter la mezcla. Meter al microondas 20 minutos (pinchar con un pincho o aguja gorda, si sale limpio, estará hecho).
4) Dejar enfriar y desmoldar.
5) Forrar todo el pastel de tiritas de salmón y adornarlo con las huevas de lumpo. Adornar con ensalada de lechugas, canónigos, rúcula...

Se puede comer tal cual, pero también se pude acompañar de una mahonesa, salsa rosa, o salsa suave de tomate, rebajado con nata.

Os pongo el enlace al DRIVE por si queréis descargar e imprimir la receta:
https://drive.google.com/open?id=1RMWVFkADk-LfzfixzZCgcS05yVZH2Lzu

lunes, 19 de febrero de 2018

ANCLARÁS EN MI ORILLA


Tina de Luis -  La narraTina  - amanecer
Me avisaron los ecos que arropan suspiros,
me enteré con las luces que parten del alba.
Resplandor de amapolas, que prende en mis sienes,
susurrar de aleteos de tibia esperanza,
plenitud de arco iris…, me anuncian que vienes.
Tanto tiempo añoré, junto a mí, tu regreso
que apuro mis lágrimas tejidas de aurora,
pues mis trémulas carnes  preludian deseo.
Anclarás en mi orilla tu brío y tu barca,
en mi playa de ardor yaceremos, sedientos.
Reposado en un lecho de espumas de gozo,
rociarás con tu esencia mis pétalos prestos.
Bajo un cielo preñado de sueños, tronará,
como choque de ninbos, el crepitar de dos fuegos:
nuestros cuerpos que gimen fundidos, colmados;
el latir de dos almas en un mismo verso.

#poemasdeamor

domingo, 4 de febrero de 2018

MI LIBRO "NECHER" EN LA ESCÓBULA DE LA BRÚJULA

Ha sido un honor y un placer para mí presentar en este magnífico programa mi libro "Necher, conjuros de eternidad". Una gran felicidad estar entre ellos. Abajo os adjunto el enlace por si queréis escucharlo.


Tina de Luis - La narraTina- La Escóbula de la Brújula
http://www.laescobula.com/programa-230-vivian-creian-los-antiguos-egipcios/

         
                                                                                 

ANTES DE NADA, TÚ

Tina de Luis -  La narraTina - siluetaMi madre me enseñó a perseverar, a ser fuerte, a no rendirme…
Yo, aunque muy niña, detectaba la angustia en los gestos de los adultos, que involuntariamente manifestaban lo que con palabras les estaba prohibido desvelar. En ella nunca lo advertí. Jamás se desprendió de su sonrisa. Una sonrisa en los labios podría ser engañosa, pero no, si la acompaña la del interior de las pupilas. La mirada de mi madre siempre sonreía. Yo en aquellos momentos no era consciente de nada. Lo supe mucho después, metida en la adolescencia. En parte, por la madurez que adquirían mis recuerdos; en parte, por algunos comentarios que la gente comenzaba a permitirse:

               «¡Qué gran mujer!, como ella no habrá otra».
               «¡Tan joven aún! Con estas dos criaturas...». 
   «Le dieron un mes de vida y resistió más de un año».
 «Los especialistas consideran su caso excepcional, un milagro. Una resistencia inexplicable para las fronteras de la medicina».
A mi madre le gustaba que me sentara entre sus piernas, de espaldas a ella. Me rodeaba con sus brazos, me apretaba contra su pecho y apoyaba su cabeza en la mía. De ese modo tan entrañable nos pasábamos las horas. Ella susurraba dulces palabras de cariño en mis oídos, preguntas, reflexiones, grandes proyectos para el futuro.
«Siempre me tendrás a tu lado, reina mía. Recuerda bien que nada ni nadie conseguirán separarnos. Yo te ayudaré en todo lo que necesites. En realidad no te hará falta; sé muy bien que crecerás en la fortaleza, hasta llegar a convertirte en una luchadora, resuelta y segura de ti misma».
Hubo de pasar un tiempo para que yo entendiera que de espaldas no podía advertir sus gestos de dolor, cuando se mordía los labios para ser capaz de soportarlo; esa posición tampoco me permitía ver cómo algunas lágrimas rebeldes se fugaban de sus ojos.
Su cuerpo no lo resistió, pero su entereza sí. Su aliento de vida se apagó, lenta y paulatinamente. Le tocó la mala suerte de vivir en aquellos tiempos de recursos limitados, y afirmo con absoluta convicción que, si hubiera sido en la época actual, aún la tendría en cuerpo y alma. Aunque… en verdad la tengo, he sentido la calidez de su mano sujetándome en cada momento. Llevo prendida su sonrisa; esa que superó todas las barreras y permaneció siempre conmigo. La muerte nos la arrebató, en cierto modo, pero no consiguió doblegarla. Doliente y enojada, la contemplé en aquel mísero ataúd; mas, al observar la serenidad y aceptación que su rostro reflejaba, comprendí que no se merecía mi rendición, mi traición. Me mostraba con su ejemplo cuál debía ser mi actitud. Mi madre, con toda su valentía, se encaró con la adversidad sin someter su alegría, sin claudicar.
Aún vive en mí. Se superó a través de mí, pues hoy yo he sido capaz de sobreponerme a todo. Juntas lo hemos remontado.

viernes, 2 de febrero de 2018

LA TARDE SE VOLVIÓ ACRE

Tina de Luis -  La narraTina - nubes y claros
Luchaba el sol por lucir;
densas nubes lo vetaban.
Ganó el soberano un lapso,
en tan volátil batalla.
Por un descuido en el lance,
los nimbos muestran sus garras.
El frío, impasible y hosco,
rivalizó y metió baza.
Reclamó al viento su auxilio,
la lluvia lo acompañaba.
Contrincantes oriundos
de recias cumbres nevadas.
La tarde se volvió acre,
con baños de laca helada.
Desamparados, los seres
se amparan en sus moradas.

Archivo del blog