martes, 31 de enero de 2017

REALINFLUENCERS, TENDENCIAS

El papel de los #REALINFLUENCERS en estos momentos es terrible. Arrasan en las redes. Marcan la moda, las tendencias. Son auténticos líderes, Dioses a los que sus adeptos siguen y obedecen sin pestañear. La juventud los venera y se someten a su criterio (si lo tienen; muchas veces, no), en la mayaría de los casos, caprichoso y excéntrico. Buscan temáticas y motivos rompedores, captadoras de atención, subyugantes, y los venden como hazañas, como elixires de personalidad. 
Conseguir seguidores fáciles y fieles es su objetivo. Primero seleccionan, enrolan y luego someten a su tropa, que no cuestiona: acólitos incondicionales del jefe de la manada.
Frente a eso, los profesores se hallan en franca desventaja y disponen de pocos recursos para competir con esos jóvenes que cuentan con miles de seguidores en la red. La educación debe encaminarse, cada día más, a procurar herramientas a los jóvenes para que sean capaces, al menos, de analizar y filtrar todo el bombardeo de la red. De seleccionar los contenidos que les llegan. Tarea harto difícil.
En el siguiente vídeo y noticia se intenta resaltar la imagen de los docentes, los mejores REALINFLUENCERS de los tiempos. Abnegados, vocacionales, entregados... Paladines en la sombra. Que no cuentan ni han contado con los "powers" o "me gusta" para seguir adelant, y ser seguidos ellos mismos.
No os lo perdáis: visualizadlo: 


Y leedlo:

sábado, 28 de enero de 2017

HÁBITO LECTOR ANTES DE SABER LEER

Transcribo aquí este artículo, del cual no pretendo hacerme autora ni atribuírmelo. Pertenece a Marcela Marzolo, Directora Ejecutiva de Fundación Educacional Oportunidad Lo que quiero es contribuir a su divulgación, ya que me parece tan interesante y que estoy totalmente de acuerdo con lo que manifiesta. Debemos tomar buena nota de él. Más abajo dejo el enlace. Aquí el texto, que me encanta: 

FORMAR LECTORES ANTES DE APRENDER A LEER

Todos estamos de acuerdo en que más que fomentar la lectura, debemos formar personas lectoras, es decir, que posean el hábito lector. Según la investigación, la lectura modifica el carácter, las emociones e incluso la personalidad. De este modo, los que leen asiduamente captan mejor las emociones de otros y las hacen suyas con facilidad, favoreciendo el desarrollo de la empatía. Los niños expuestos a la lectura tienen mayor habilidad de ponerse en los zapatos de otros, sean estos personajes de ficción o personas reales.
Pero existe una fuerte tendencia a creer que dicho hábito lector requiere de saber leer para desarrollarse. Ese es un mito que queremos derribar. Es importante que juguemos con los cuentos. Sólo se necesita creatividad e imaginación. No siempre necesitamos un libro: la narración oral y la invención de historias crean en los niños la curiosidad por la ficción. Un cuento tiene personajes que se pueden convertir en títeres, historias que se pueden convertir en canciones, finales que pueden modificarse, y con ello ya se está generando en los niños el interés por la narrativa.
Además, si a esto sumamos que los niños desde su nacimiento puedan manipular libros físicos acordes con su edad, ya sean aquellos plásticos que pueden meter en la tina de baño, libros con dibujos y/o con tareas que deban realizar, como por ejemplo buscar o identificar algo, libros con texturas, etc. La literatura infantil, además de suponer el primer contacto de la infancia con las creaciones literarias, constituye un excelente recurso a la hora de desarrollar su personalidad, creatividad, imaginación y juicio crítico.
El hábito lector no debiese surgir desde la disciplina o como una obligación, leer debe causar placer y estar asociado con sentimientos agradables. Para eso es necesario familiarizar a los niños con los libros como algo con lo que pueden jugar desde pequeños, hojear, mirar, manipular. Así, el libro se convierte en un objeto familiar. Un libro impecable es un libro que jamás se ha usado. Los niños van descubriendo lo que es ser lector al manipular los libros. Para un niño pequeño un libro es un juguete.
Formamos niños lectores no sólo en cuanto ellos leen por sí mismos; la mayoría de nuestros recuerdos de la infancia se relacionan con el afecto y la diversión. En los niños, el afecto se asocia con el bienestar que da, por ejemplo, que sus padres les cuenten un cuento o les lean una historia de manera cercana y cariñosa. Debemos formar lectores desde el afecto para que la lectura sea un hábito que provoque y evoque esas sensaciones placenteras de la infancia en la edad adulta.
Para ello, nosotros los adultos debemos ser los modelos lectores: esto significa tener siempre un libro a mano. Demostrar interés por los libros. Demostrar interés por lo que los otros leen y considerar la lectura como otra forma de entretención. También significa reírse, llorar y sorprenderse con lo leído, en voz alta y sin vergüenza. Si somos modelos lectores, tendremos más niños lectores.

 http://eligeeducar.cl/formar-lectores-antes-de-aprender-leer

jueves, 26 de enero de 2017

VIÑETA QUINO

Otra viñeta estupenda. Los golpes de los niños.



Esta viñeta me recuerda un chiste que no puedo evitar contar: 
Un joven anda buscando trabajo como loco. 
Precisamente, pasa por un taller y ve un cartel:
 "Se busca ebanista" 
Se frota las manos. Es justo lo que busca. Pasa y habla con el encargado. le cuenta su experiencia y su preparación. El encargado le dice:
Todo eso está muy bien, dice mucho a su favor, pero vamos a hacer una prueba práctica. 
Le pasa a un cuarto interior, le da un tronco de madera y le dice:
—Sáqueme de aquí un San José. Cuando esté me avisa.
Pasan 2, 3 horas y no da señales de vida. Entra el encargado y le ve con casi solo ya una lasca del tronco. Entonces le pregunta:
—¡Qué! ¿No sale?
—Todavía no, pero si está aquí, lo encuentro.



VIÑETA FORGES

Puesto que es una viñeta gráfica, lo único que hay que hacer es reír. Con ganas.
 

martes, 24 de enero de 2017

CUIDADO CON LA GRASA


Grasa pura.
En las imágenes que siguen podéis apreciar la grasa que ingerimos si no llevamos cuidado. Cuando los guisos está calientes no se aprecia tanto, pero si los dejas enfriar..., ASUSTA
 
Todo esto que yo he quitado, estaría recorriendo nuestras arterias. Y os puedo asegurar que no echo productos de los considerados grasientos. Es un caldo de un cocido, que no llevaba tocinos ni pancetas. La grasa resultante es de los huesos: de pollo, de vaca y un hueso de jamón. También un chorizo, que en apariencia no es nada grasiento. La carne de morcillo, nada de grasa. Ingredientes imprescindibles en cualquier cocido. Para evitarlo, yo procuro hacer lo siguiente:
 
Siempre que podáis, haced el guiso el día anterior o bastantes horas antes. Metedlo al frigorífico. Cuando lo saquéis, os encontraréis con esta sorpresa.
 
Y esto le pasa a muchas otras comidas. Más de lo que pensamos.





BRILLANTE VENUS O LUCERO VESPERTINO

Así de brillante se veía el planeta Venus a las 8 de la tarde del 22 de Enero de 2017. Como una pequeña luna.

Así se veía incluso eclipsado por las intensas luces.






viernes, 20 de enero de 2017

PROYECCIÓN Nº 20

A Jal el sueño se le escabulló antes de usarlo. Suspendió su cama frente al mirador y se deleitó ante la temprana eclosión floral, cuyos matices reverberaban en los revestimientos esmaltados del exterior.
El día prometía éxito y lo inició con una vaporización de distensión e higiene, que dilató al máximo para paladear la placidez entre las burbujas sedosas. Mientras todos los poros de su piel se tonificaban y recomponían, Jal, que albergaba crecientes esperanzas de alcanzar el galardón, se entregó a la fantasía, imaginándose en medio de un discurso repasado casi empalagosamente.
Ya se soñaba en el crepúsculo de la fama, aclamado, ensalzado.
 «Todo mi ser irradia complacencia hacia quienes han considerado mi obra merecedora de tan alto mérito, y han depositado en mí su inconmensurable estima. Al otorgar su confianza a un ente simple, de limitadas referencias aún, hacen gala de su reconocida ecuanimidad. Este galardón me brinda…, nos brinda una senda henchida de posibilidades, por la que pienso avanzar con perseverancia. Seré fiel a la enseña que desde ahora llevo ya prendida. Es un proyecto ambicioso, lo sé, pero he aplicado en él todas mis capacidades, sin restricciones; en el empeño de conseguir una proyección sin precedentes: vital, perceptiva, sensitiva…, que abra las puertas a un futuro prometedor, orientado a nuevas perspectivas. El ente necesita experiencias revulsivas, que lo evolucionen hacia…»
El sonido de su alertador lo devolvió a la realidad y lo apremió a apresurarse. Aquel podía ser el día más notable de toda su existencia.
No obstante, una enojosa sombra se interponía entre la dicha y él: su novia, Plesia, que había renunciado a todo. Al principio la experiencia fue un delirio común, más tarde, a medida que el proyecto progresaba, se acrecentaban los escrúpulos de ella. Un profundo abismo se abrió, al fin, entre ambos, imposibilitando la comunicación. A partir de ahí todo se desmoronó.
Jal apartó de sí esos agrios sentimientos, para evitar que amenazasen su satisfacción de ánimo y que eclipsaran su deslumbrante horizonte.
Eligió para su piel el color azul turquí. Le habían hecho saber en repetidas ocasiones que le sentaba bien y, además, siempre confería una distinción sin pretensiones. Se inyectó un gramo de genciana para regular su aroma convenientemente, y salió a la terraza conectora. Paseó sus ojos por la superficie. En su nivel, el vigésimo tercero, la vegetación se hallaba en la quinta fase y obsequiaba al `contemplante´ con magníficas imágenes de coloración exuberante en aquella época del año.
No le apetecía utilizar su desplazador, así que tomó el airbus de la Derivación Grana y se apeó en el decimocuarto nivel, delante del acceso de su amiga Vlis. Indeciso, reconsideró durante unos segundos su visita, pero la impaciencia y las ansias de averiguar y capturar una primicia de la decisión del tribunal, pudieron con él.
—No has debido venir, Jal, me pones en un serio aprieto —lo reprobó la joven—. Podrían descubrirte y yo perdería totalmente mi credibilidad.
—Me estoy dejando llevar por la insensatez, es cierto, pero mi curiosidad es un potro desbocado. Dame un escueto indicio y me retiraré de inmediato.
—No me presiones, por favor, sabes que no puedo. Además, lo más beneficioso para ti será que ignores el resultado, para que tu espontaneidad se evidencie, tanto si eres el seleccionado como si no lo eres.
 —Lo siento Vlis —se disculpó Jal, y se retiró avergonzado por aquella muestra de debilidad.
Sus pasos lo condujeron de forma automática a las multiáreas de proyección. Le apetecía tanto `vivenciar´ una vez más su creación sin el condicionante de saberse vencedor o perdedor. No conseguiría jamás convertirse en espectador objetivo de su propia obra, pero intentaría, al menos, analizar las reacciones y comentarios de los restantes espectadores, que sí lo eran.
En la entrada, se recreó con el panel; su panel: resplandeciente, llamativo, sugestivo.
PROYECCIÓN NÚMERO 20  > “PASIÓN Y VIDA”
         Pasó de largo el primer corredor y se paseó por el segundo. Un grupo de jóvenes conversaba animadamente. Se detuvo a escucharlos.
 —Es excepcional, en serio. Una pasada total. Adquiero un billete múltiple con opción a las interminables proyecciones y ¿qué hago? Entrar una y otra vez a experimentar inmersiones en la misma: la 20. Me arrastra. Tiene algo diferente, algo sublime. Se sale de tónica.—Sí, a mí me ocurre lo mismo, no me canso de vivenciarla. Es una alter-reality única. No hay otra que se le aproxime.
—Con infinidad de composiciones excitantes: situaciones críticas, éxtasis de amor, diabólicas perversiones… Un impacto brutal.
Jal se ensanchaba con las gratificantes críticas de los jóvenes. En sus manos estaba potenciar una película; la aireaban y la difundían con la mayor sinceridad.
—Y tú, Loa, ¿no dices nada?
—No sé qué pensar. En todo ello hay algo que me inquieta y me incomoda. A mí me parece que sufren. Capto cierta crueldad.
—¡Anda ya! Pero si son invenciones. Entes ficticios.
—Venga, os invito al cofibar y allí seguimos hablando. Nos tomamos unos “suspiros de amor” y algún “desternillo picante”. ¡Me encanta! Incluso las consumiciones a juego con la proyección son geniales, no me las puedo perder.
La opinión de aquella chica…, Loa, le dejó un sabor amargo. Le pareció estar oyendo a Plesia, su novia. Cómo le gustaría que estuviera de su lado. Convencerla de su punto de vista.
Una palmada en la espalda lo sacó de su ensueño. Sus antiguos vecinos de nivel lo miraban con admiración.
—¡Qué exitazo, Jal! No se habla de otra cosa. Estás batiendo las marcas de la temporada. Me chifla el enfoque de tu recreación. Es grandiosa. Le has dado una pincelada entrañable. Muy triste a veces, pero…, ¡la vida misma! —lo halagó, entusiasmada, Fole.
—No entiendo que puedas estar aquí tan tranquilo, siendo potencial triunfador de la “Gala Muestral”. Por cierto, te sienta como un guante ese azul turquí. ¿No sabes que acabamos de encontrar a la Ex-cel-sa? —silabeó Nahin burlón—. Es una hortera, lleva meses repitiendo toda la gama de colores carmesíes en su piel. ¡Con tal de llamar la atención…! Ahora te dejamos, llevamos algo de prisa. Nos vemos en los premios, Jal.
El joven ni articuló palabra, su mente divagaba. Todos los auspicios jugaban a su favor, ojalá el tribunal valorase tanto su creación como el público.
Entró en la sala. Pletórico, sin prisas, observaba las expresiones de los espectadores. Eligió un asiento central, acomodó bien sus aletas para sentirse a gusto y seleccionó en el programador una historia de amor sencilla. De entre las infinitas situaciones, épocas, lugares, momentos, temáticas… susceptibles de elección, escogió aquella por considerarla el logro más sublime de cuantos caracterizaban a sus entes.
Su proyección permitía satisfacer las preferencias más dispares.
Se dejó atrapar por la emoción. Esos eran sus intérpretes, sus entes, y las relaciones de amor y odio entre ellos, insuperables. Nadie hasta el momento había impregnado las creaciones alter-reality de la autenticidad que rebosaba la suya. Consigo mismo no necesitaba fingida humildad, ni podía sustraerse a la embriaguez de la vanidad. Mientras se recreaba en las impresionantes escenas de sus turbulentos personajes, un mar de reflexiones zarandeaba su razón. ¿Qué motivos tendría Plesia para suponer en ellos una muesca vital? Sólo eran fantasía, seudoentes que representaban una virtualidad programada de antemano y se ajustaban a unos cánones preconfigurados.
A pesar de su goce, tuvo que interrumpir la inmersión. La gloriosa hora se acercaba. La tensión comprimía sus arterias. Caminaba con lentitud, aunque se esforzaba por aligerar el paso, sus pies se insubordinaban.
Un gran gentío se arremolinaba en torno al Capitel. Las masas anegaban el colosal edificio, y cortaban la respiración incluso a los compactos granitos. Se identificó y pidió por el fono una pasarela de entrada, que no tardó en formarse. Cruzó con apostura el arco luminoso; las voces lo aclamaban. Las colas batían contra el pavimento enardecidas, regalando al viento tonadas delirantes. Incalculables desplazadores se disputaban un hueco para poder atisbar, aunque sólo fuera la cúspide de cabezas laureadas.
El inmenso hemiciclo derrochaba esplendor. Las pieles corporales pigmentadas de las tonalidades más selectas tornasolaban la atmósfera, donde pugnaban los colores más naturales contra los más sofisticados y pulidos. Un hermoso carrusel de bonetes y caireles multiformes, rebuscados, majestuosos… competían entre sí por atrapar las miradas insaciables. La birreta de Jal resultaba tan humilde como su condición. Se le hacía extraño encontrarse en medio de entidades principales del mundo de la inmersoproyección, equipadas hasta las cejas de merecimientos. Frente a eso, él esgrimía una tabla rasa, un cheque sin firma; pero el clamor popular pesaba mucho y lo había encumbrado.
Por fin, el anunciador saltó a la plataforma; primero, un estallido musical, tras el mismo, un interminable silencio opresivo. Desasosiego, pálpitos, asfixia… Un nombre.
«¿Habré oído bien? ¿Figuraciones? ».
Miradas hacia los lados, sonrisas, felicitaciones, júbilo, leves empujones.  «¡Soy yo! JAL. El triunfador».
Los acontecimientos se precipitaron en una cabalgada ebria, y lo engulleron.
Reparó en Vlis, que lo miraba y sonreía entre el Jurado. Le devolvió la sonrisa, murmurando entre dientes.
«Querida y puñetera Vlis. Cuánta ansiedad podías haberme evitado».
Se vio arrollado por ecos sordos y explosivos. Una quimera cumplida.
«Espero que no me falle ahora el discurso, tengo la cabeza en blanco».
Pero fluyó con pulcritud, los ensayos habían dado su fruto. Todo fue un éxtasis arrebatador. Flotando entre arrumacos y agasajos, respondió una y otra vez a los noticiadores que lo asaltaban sin tregua:
—Todo nació de una chispa que saltó en mi entendimiento.
—Mis personajes resultan tan reales que si tuviesen nuestro mismo aspecto nos costaría diferenciarlos.
—… por estar configurados según un patrón copilado de perfiles. La genialidad reside en el factor autonomía en su diseño. He previsto un sector vacío en el que no encuentran referencias y se ven forzados a generar soluciones.
—De ningún modo, no nos engañemos. Pura ficción. Son simples títeres holográficos, por buscar una semejanza, réplicas manejados por los hilos de la supradigitalización.
Hasta el más perseverante noticiador se retiró. Tras una eternidad de cumplidas cortesías y lisonjas, rescató su intimidad. Una vez en su habitáculo, se desplomó en el vaporizador, sin ánimos para seguir pensando. Se atavió de cotidianidad y se lanzó a la calle. Serían sus últimas horas de ente normal. En lo sucesivo el claxon y el señuelo de su popularidad lo anunciarían.
Sin darse cuenta, arribó a las multiáreas de emisión ininterrumpida. Antes de cruzar el pórtico, el sonido de una voz muy familiar, junto a las taquillas, lo frenó. Se volvió despacio, entre avergonzado y pletórico. Plesia compraba un pase. Esperó nervioso. Sus miradas se incrustaron.
 —¡Enhorabuena Jal! Me alegro por ti, de veras. Y más me alegro de encontrarte.
—Tendrías que haber estado allí conmigo, Plesia, recibiendo el premio. Te pertenece tanto como a mí.
—Aprovechando que estás aquí, ¿querrías acompañarme a tu proyección Nº 20, “PASIÓN Y VIDA”, por favor? —rogó Plesia, como si no lo hubiera oído—. Hay algo que deseo mostrarte.
Ambos se acomodaron en la sala donde se proyectaba, en sesión continua, «Pasión y vida», la innovadora creación de los dos jóvenes.
—¿Ves a esa joven de ojos negros? Fíjate bien en su comportamiento —dijo Plesia—. Tiene algo especial, capta percepciones que exceden sus potenciales. Presiente nuestro mundo. Te presiente a ti, y a mí. Y, como ella, muchos otros de sus entes.
Permanecieron poco tiempo en la sala, Plesia estaba impaciente por presentar una muestra a Jal que apoyara sus convicciones. Le pidió que acudiera con ella al laboratorio. Deseaba que la acompañara en una inmersión profunda dentro de la dimensión proyeccional. Por el camino volvió, una vez más, a exponerle sus puntos de vista.
—Jal, has visto muchas veces cuántas lágrimas, cuánto dolor emana de ellos. Los has hecho terriblemente emotivos en tu afán de conmocionar al público. ¿Somos nosotros, los seres vivos, capaces de superar todo ese raudal de sentimientos? ¿Sufren acaso menos que tú y que yo, y que todos nosotros, los entes pensantes? Y, para mayor desdicha, algunos de ellos son excesivamente dañinos y perversos. Causan mucho dolor a los semejantes. Sí, dolor. Aunque te parezca absurdo.
—Para esa variable sí que carezco de respuesta —aceptó Jal—, no les pusimos potenciadores negativos en su diseño.
—Yo te daré algunos motivos para tales conductas: dudan, no comprenden y se sienten perdidos. Invocan incansablemente a su Creador, pero éste no responde.
Jal callaba, pensativo.
—Repiten sus vivencias una y otra vez —prosiguió—. Atraviesan las mismas angustias repetidamente. Ellos no lo saben, pero se acumulan sus efectos. Son monigotes, creados a tu antojo.
—No, eso no es verdad. Son intérpretes. También los actores de carne y hueso repiten una y otra vez sus papeles.
—¡Claro, pero ellos pueden elegir! Son libres, y, fuera de su interpretación, tienen una vida propia. Dejan de actuar y vuelven a ser ellos mismos.
—Te voy a demostrar, si me lo permites, cuánta semejanza tienen con nosotros esos seres supravirtuales a los que programaste como «Raza Humana».
—Te recreas en tu error, Plesia; son muy parecidos a nosotros, puesto que servimos de patrón a su diseño básico. Sus componentes son copia de nuestros modelos, pero sólo en los elementos superficiales, triviales. Nada sustancial los personifica.
—Jal, por favor, desplázate conmigo a la corriente recreativa. Hagamos una inmersión profunda, como tú y yo sabemos.
Aunque con disgusto, Jal accedió a los ruegos de Plesia. La amaba demasiado; quizás el complacerla posibilitara un acercamiento. Se proyectaron juntos al momento y lugar que Plesia seleccionó.
Una joven de grandes ojos y profunda mirada intuyó su presencia, a pesar de que deberían resultar absolutamente imperceptibles. Se dirigía a ellos.
—Jal, mira bien a la joven que te indico. Nos ve. ¡Ella nos ve! Sabe que somos sus Creadores. Y la enorme masa de entes que la sigue lo sabe también. No dejan de suplicar para que nos ocupemos de ellos, para que aliviemos su sufrimiento. Somos lo principal en sus vidas. Somos sus padres; con los que no cuentan para nada, y esperan. Somos todo lo que esperan en su existencia. Una existencia engañosa. No son insensibles, como tú crees. Padecen y sufren, con la misma intensidad que nosotros. Explícame por qué su sufrimiento posee menos valor y consideración que el nuestro. ¿Me dejarías sufrir a mí? ¿O a tu familia? ¿Y a tus amigos? ¿Cómo te calificaríamos si lo hicieras? ¿Estarías contento contigo mismo?
Jal contemplaba la situación sin saber qué decir.
—Pon atención. Observa y escucha —sugirió Plesia.
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Detrás de la joven un enorme contingente de personas, llegadas de todas partes, se apiñaba, expectante de las reacciones de la joven. Muchas de ellas en condiciones lamentables: sordos, ciegos, tullidos, apestados… Entre ellos se cruzaban comentarios de todo tipo.
—¡Aquí es donde se le aparecen Jesucristo y la Virgen!
—Un prodigio, una maravilla. Mucha gente dice haber visto el resplandor que los envuelve. Luego el aire se carga de perfume y parece oírse una suave melodía angelical.
—Dicen que obran milagros. Curan heridas, hacen andar a paralíticos. Te curarán, hija mía, curarán tu parálisis. Tienes que tener Fe.
—Atended. Ya los ha visto. Está entrando en trance. Están ahí: Nuestro Señor, y su Santa Madre, María.
La gente se apretujaba, todos querían ver la maravilla.
La joven se quedó extasiada, los contemplaba con adoración.
—Soy vuestra sierva y estoy aquí para obedeceros —exclamó de pronto la joven, dirigiéndose a sus creadores.
Se arrodilló ante ellos.
La enardecida masa de gente calló súbitamente, y se arrodilló, a su vez, con sumisión. El silencio se hizo aplastante. La voz de la joven resonaba por encima del sosiego.
—Decidme, Señor y Santa Madre, cuál es nuestra misión en esta vida —la joven impostaba sus palabras—. ¿Cuál es vuestra voluntad? Volved a nosotros esos vuestros ojos y tened compasión de vuestros siervos. Guiadnos en este valle de lágrimas. Mostradnos vuestra Divina bondad e indicadnos el camino, para poder reunirnos algún día con Vosotros en la Gloria. Desterrad el dolor de nuestros corazones y prodigad la paz a este mundo de miserias.
Al unísono brotó, ascendió y reverberó una oración que rasgaba el aire.
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—¿No te parece suficiente? —preguntó Plesia—. ¿Qué más necesitas para convencerte? Preséntate a ellos y responde. ¡Atrévete! No los dejes con la duda. Diles quiénes son y cuál es su futuro. Muéstrate como eres y explícales para qué han sido creados. ¿Serías capaz de destruir, cara a cara, sus corazones? ¿Crees que lo aceptarían sin derrumbarse o revelarse? Estropearías tu invento, ¿verdad? Nunca volverían a interpretar su papel con la autenticidad y sentimiento con que lo hacen ahora. Diles que su Gloria sucumbirá, obsoleta; que será barrida, con un “clic”, por la moda o el hastío.
Jal se afianzaba en su silencio. En realidad no sabía qué decir. Ya era tarde para dar marcha atrás, había empeñado su prestigio. Si seguía adelante perdía a Plesia, pero, si no lo hacía… Lo abochornaba defraudar a quienes habían confiado en él. Se hallaba ante una encrucijada.
En otro… ¿espacio? ¿Lugar? ¿Dimensión?
Los señores Preifei se aproximaron a la entrada y acercaron sus pupilas al receptor automático. Una ostentosa puerta de jade, enmarcada entre luminosas paredes de cristal, se abrió y les brindó el paso al recibidor.
—Roin, hijo —pidió una voz de mujer a través de la megafonía—, recibe a tus tíos y acomódalos, por favor. Acaban de llegar. Enseguida me reúno con vosotros.
—Está bien, mamá, ya voy —respondió el adolescente.
Roin alisó sus plumas, colocó la cobertura de sus alas debidamente y bajó al recibidor a saludar a sus tíos que les acompañarían a cenar esa noche.
La familia, acomodada en torno a una espaciosa mesa ambarina, se disponía a disfrutar de una suculenta cena. Los ambientaba el colorido de luz de un techo transparente, que rezumaba el combinado oro y grana, hurtado al sol en su descenso. La casa, hialina, coronaba la cima de una esculpida montaña y ofrecía unas vistas de singular y envidiable belleza. Gobernaba altanera sobre terrazas escalonadas en las que se alternaban alternativamente rosas rojas, escarchadas y azules.
En los postres la conversación fluía alborozada.
—Roin, cariño, le he hablado a tu tío del excepcional invento de inteligencia artificial, los “Entes Pensantes”, que has creado —exclamó Mabel, su madre, que no podía contener por más tiempo su entusiasmo—. Aunque yo no soy la más indicada para explicárselo, la idea le ha parecido maravillosa. Está convencido de que, si lo presentas como un juego en el que todos puedan participar activamente, proyectándose en él, interfiriendo y modificando las circunstancias y sucesos, arrasará en el mercado y se disparará en las superventas.
Roin, un chico con sobredotación y altas capacidades, siempre había destacado por su genialidad, inventiva e inteligencia. Se le consideraba un adelantado a su época, superando y anticipándose a todos los retos. Al escuchar la sugerencia de su madre, guardó silencio.
—Cariño, ¿no me has oído? ¿Por qué no les muestras a tus tíos ese invento fabuloso de los mundos? Cuando lo vean, sobrarán todas las palabras.
—No puedo mamá —rebatió el niño—. Lo he desarticulado.
—Pero, hijo, si era precioso y único. ¿Cómo has podido…? Y Jal y Plesia, tan tiernos y graciosos. ¡Una verdadera lástima! Además, lo ibas a presentar en los Certámenes Escolares.
—No te aflijas, mamá, se me ha ocurrido otra idea mucho más interesante y divertida. Jal y Plesia empezaban a aburrirme, resultaban ya sosos y cansinos. Los siguientes personajes que he pensado crear, os encantarán a todos.
Roin, con una leve sonrisa, continuó disfrutando el postre.

Mientras tanto, unos OJOS lo observaban.

martes, 17 de enero de 2017

LA INQUISICIÓN EXISTE Y VA A LA CAZA DE BRUJAS



Si os dicen que la Inquisición desapareció, no os lo creáis. Aún existe, y se ha ramificado por todo el mundo. Cuando os digan: "Eso fue cosa de la Edad Media", os mienten. La diferencia es que ha modificado sus costumbres, para modernizarse. Ya no se dice «caza de brujas», en estos días se dice «caza de mujeres»; a veces incluso algunos «hombres Inteligentes»que aún existen, aunque en franca minoría, son objeto también de esa caza. Unos y otras ¡estorban! Elevarlas al rango de personas constituye un peligro: se perderían esclavas, siervas, receptáculos de placer y, sobre todo, podrían desenmascarar la supina ignorancia y su maldad, dejándolos en evidencia y desprotegidos.

Ahora es peor, mucho peor; la Santa Inquisición se ha expandido, se ha aliado y ha pactado con sus enemigos. Ha perdido el rumbo. Negocia con otras religiones, con el Islamismo, por ejemplo. Vende su alma al diablo. Y ¿todo por qué? Porque teme a las mujeres. Todos las temen. 
Son seres terroríficos, que pueden degollarlos por la noche, mientras duermen. O pueden amputarles la vaina de su deseo. Temen que los embrujen y los HAGAN PENSAR, como hacen ellas (hacerles pensar jamás sería posible, por mucho que se lo crean). Eso sería gravísimo, pues verían las consecuencias de sus propios actos. 

Se dice que en estos días la Santa Inquisición se mueve por Rusia. Uno de sus acólitos, disfrazado de mujer para infiltrarse y confundir, ha llegado al Parlamento y ya ha empezado a retorcer y a enturbiar la situación. No les convienen mujeres inteligentes e independientes. Hay que encerrarlas, doblegarlas, reprimirlas, torturarlas, lesionarlas, masacrarlas... Eternamente.   Y, sobre todo, reducirlas a la nada.

Aquí abajo la muestra de la crueldad y del 
oprobio.
http://www.telecinco.es/informativos/internacional/Rusia-violencia_domestica-malos_tratos-maltrato_mujer-violencia_machista-violencia_genero-despenalizacion_violencia_domestica-violencia_domestica_Rusia-machismo_Rusia-parlamento_Rusia_2_2307405205.html

Determinarán también hasta qué grado se las puede pegar. ¿Bastará con dejarlas con un soplo residual de vida? 



Recordad este nombre, que a nadie se le olvide: ELENA MIZULINA. Ella es la impulsora de que oficialmente se pueda pegar a las mujeres en Rusia. ¡Y la Iglesia Ortodoxa lo aprueba!
¿Una madre que potencia que peguen a sus hijas y a su propia madre? ¿No tiene hijas? ¿Las aborrece? ¿Está celosa de ellas? ¿Es masoquista? Equilibrada e inteligente, desde luego, no es.
Propone que SE PUEDE PEGAR A LAS MUJERES en un país con 10.000 asesinadas por esos malnacidos a los que se les permitirá pegarlas para premiar su colaboración con la causa.
Desde luego, si el Cielo existe, si personas así lo van a compartir, MUJERES, haced todo lo posible por no ir allí. ¿Qué os espera al lado de sádicos desnaturalizados? 

Me encantaría que aprobaran una Ley que autorice a PEGAR UNA VEZ AL AÑO A LOS PARLAMENTARIOS  que han apoyado la propuesta.

Cuidado, se rumorea que la Inquisición tiene sus miras puestas en USA.

Continuará el tema en otra entrada.

domingo, 15 de enero de 2017

CREACIÓN LITERARIA: PAUTAS PARA ESCRIBIR


¿POR QUÉ SE ESCRIBE?
Divulgación: dar a conocer investigaciones o conocimientos realizados. Compartirlos y facilitárselos a los demás.
Comunicar: hacernos oír, que nuestro pensamiento no se limite a unas cuantas personas. Queremos que se sepa nuestra opinión. Necesidad de contar cosas porque:
Queremos desahogarnos, liberarnos. Un gran deseo de vaciar nuestro interior...
Nos han conmovido.
Nos han indignado (no me comprenden, no me escuchan...).
Nos han asombrado.
Nos han emocionado....
Inmortalidad: perpetuación del nombre y del éxito en el tiempo y en la historia.
Fama
Dinero (un gran error).
Deseo interior, lo dicta el corazón. Para hacer saber la verdad, para defender la justicia: hombres cuyos escritos les valieron muerte o cárcel; mujeres que escribieron sabiendo que serían censuradas, humilladas, ridiculizadas...
Admiración, emulación. Nos puede mover el interés por la Literatura, su uso y quienes la representan, los escritores.
Otros
ACTIVIDAD:
1.- ¿Por qué escribirías tú? Puesta en común.

¿SOBRE QUÉ?
         A veces creemos que es algo muy simple: “Escribe algo”. “Voy a escribir algo”… y ¡plas!, se nos encendió la bombilla. Enfrentarse a un papel en blanco lo comparo yo con una piscina cuando no se sabe nadar. Igual se sale a flote con dificultad, pero lo más seguro es que tengan que sacarte y le cojas fobia al agua o, incluso, que te ahogues.
       Algunos escritores cuentan con tanta cultura y conocimientos que convierten cualquier tema en una obra de arte. Pero, cuando no es así, hay que buscar un método, unas técnicas, un sistema.
Buscar un tema:
¿Nos lo dicta la fantasía y la imaginación?
¿Qué me gusta o gustaría a mí? ¿Qué tipo de película correría a ver? ¿Qué temas prefiero al elegir un libro?
Un título sugerente a veces inspira mucho.
Una imagen: real o un montaje.
Un tema sobre el que te sientas muy preparado.
       Para escribir hay que sentir. Pero se puede aprender a sentir. Podemos comenzar por observar, escuchar, preguntarse los motivos de las cosas, ponerse en el lugar de otros (empatizar). Absorber y recoger toda la información (hechos, vivencias, sentimientos, relaciones...) que encontremos a nuestro alrededor. Una vez que hayamos recopilado una abundante información, la revisaremos, reflexionaremos sobre ella, la organizaremos y la depuraremos para llegar, tras ello, a conseguir una IDEA. Esta idea será el punto de partida de nuestra obra. Pero con calma, las peores aliadas para escribir son las prisas y la tensión. Hay que dejar que se asiente toda esta riqueza de datos, que madure, que repose y tal vez, un buen día, salte la chispa: se ponga en marcha la CREATIVIDAD.
     Aquellas ideas que dan vueltas en tu cabeza, escríbelas. Mira dentro. Escúchate. Deja fluir tu interior. Deja trabajar al subconsciente, produce mucho más de lo que pensamos. Además, es una buena terapia.
ACTIVIDADES:
         2) Probar a inventar títulos y luego desarrollarlos.
       3) Durante unos días observan cuanto les rodea, van anotando cualquier circunstancia de su entorno que les haya parecido interesante, humana, llamativa, dramática, cómica… Luego las ponen en común. Por último, intentarán relatar la historia.

LA INSPIRACIÓN:
        Albert Einstein dijo que “el genio se hace con un 1% de talento y un 99% de trabajo.
      Con el genio se empiezan grandes obras, pero solo se acaban con el trabajo. Joseph Joubert.
     "El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor."Thomas A. Edison.
      ¿Existe la inspiración? ¿Qué es? ¿Llega cuando se la necesita? ¿Es frecuente la creación por inspiración?
Hablar sobre ello.
    Puede que haya una musa, una llamada de la inspiración, o no, pero sí es seguro que se puede generar aplicando las técnicas mencionadas más arriba u otras similares. Cuando uno encuentre su propio sistema, habrá conseguido un sustituto de la inspiración. En realidad lo que sí existe es PROCESO CREATIVO.

ACTIVIDADES:
      4.- Vamos a probar durante unos minutos a dejar la mente relajada, sin ninguna actividad intencionada. Observan relajados una lámina mientras escuchan una melodía. Dos modalidades: todos la misma imagen y una diferente para cada alumno. Se pueden utilizar dibujos de cuadros famosos, escenas de películas, portadas de libros... Al acabar escriben lo que esa lámina les ha inspirado. Puede ser un esbozo del argumento (no descripción) y/o un título que les haya evocado.
          5.- En un Din-A3 escribe uno una frase. Lo van rotando. Los demás escriben una frase de continuación.
         6.- Probar a escribir una historia empezando por el final.

EL CÓMO, LA FORMA, LA EJECUCIÓN:
         Esta es la parte del proceso más mecánica, más formal, depende mucho del aprendizaje, pero no menos compleja. Encontrar la forma de comunicar lo que se desea no es sencillo, hay cientos de formas de transmitir las mismas ideas, y algunas son mucho más bellas que otras, o se ajustan mejor al tema que relatamos. Al igual que con los colores y las notas musicales, se pueden combinar de infinitas formas, pero no todas son artísticas. Se complica aún más, si se escribe para niños o jóvenes. Entre el lenguaje de estos y el de los adultos existe una distancia enorme. Mucho vocabulario que los jóvenes no conocen, muchas expresiones del momento, que los de ayer ignoramos.
         El lenguaje siempre está vivo, en evolución; las palabras nacen, mueren, se transforman... Existe un inmenso abanico de posibilidades de comunicación.
         A veces me cuestiono qué cantidad de palabras menos usuales debo utilizar para darle un perfil más literario. ¿Usar bastantes y ralentizar la lectura aburriendo a los lectores? ¿No usar vocabulario complicado y ceñirnos al más básico y reducido? Pero, entonces, ¿cómo ampliará la gente joven su vocabulario? Se empobrecerá la Lengua. Para aprender vocabulario y expresión hay que LEER.

 ACTIVIDAD:
               7.- Proponer expresiones o frases hechas, a ver cuántas conocen y si tienen otras formas de decirlas. Por ejemplo: está mal de la cabeza, se le va la pinza, está mal de la azotea, le falta un tornillo, está zumbado, está deschavetado, está como una regadera, se le va la la olla. Con la frase está borracho: está bebido,  está como una cuba está piripi, tiene una mona...
                 Proponer otras.
    Por otro lado está esa parte mecánica de estudio y práctica, de dominio de la gramática, la ortografía, el léxico, la expresión, etc. Respecto a esto, solo he de decir que hay que estudiar y aprender. Aplicar reglas y corregir.
      Cuando se empieza un escrito nuestra mente se va al contenido, a las ideas; hay que centrarse en ellas y escribir cuanto nos venga a la cabeza, sin obstaculizarlas.  Se debe escribir todo lo que se nos ocurra, ya tendremos tiempo de quitar y cambiar. Cuando hayamos terminado el escrito (cuento, relato, novela...), vendrá la tarea de depurar y corregir. Una y otra lectura para resumir, resumir, resumir... Eliminar para volver a añadir, hasta seleccionar lo estrictamente necesario y esencial. Esto nos demuestra la necesidad de dominar la síntesis y el resumen.

ACTIVIDADES:
           8.- Para demostrar las múltiples posibilidades que hay a la hora de redactar y crear, se escriben cinco o seis palabras en la pizarra. Inventan una historia o cuento de cinco o seis frases. Se leen en voz alta, se tratan de articular las de unos con las de los otros. Probar a sacar micro-relatos con el resultado final.
Probemos a resumir:
             9.- Sobre frases muy largas, en las que sobre la mayor parte, se les pide que las reduzcan lo más posible.
       10.- Lo mismo con una lectura pequeña. tratar de resumirla hasta dejar lo indispensable. Primero de forma individual, después en grupos.
        Aunque en principio parezca que se trata de un resumen, no es exactamente lo mismo. En esta actividad todas las ideas o datos se mantendrán, pero buscando la forma más reducida de expresarlas.

LA OBRA ESTÁ TERMINADA Y QUEREMOS PUBLICARLA
        Esta es la parte más difícil de conseguir, pues no depende solo de nosotros, y en la que hay que armarse de paciencia. Las editoriales reciben al año cientos, miles de obras de escritores que desean que su original sea editado. Cuesta mucho, pero no es imposible.
        Algunos aspectos a tener en cuenta:
       Elegir muy bien el título es muy importante, hay personas que deciden leer un libro solo por esa razón. Si llama la atención, atrae o resulta interesante, aumentan las posibilidades de que nos lean la obra. Una vez que la hayan leído, la corrección, la calidad y el estilo serán decisivos.
       Se plantearán su publicación si trata un tema que consideran muy interesante para un gran número de personas.
      Pero ya tendréis tiempo de pensar en esto. Lo primero es escribir, y disfrutar con ello. ¡MANOS A LA OBRA!
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      Cita de Cesare Lombroso, médico y criminólogo italiano: "La genialidad no necesariamente va ligada al éxito. Es la capacidad de actuar del genio lo que le hace brillar".

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