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Se me
  acercaba. 
El
  alba, enredado en su cabello,       
vertió
  sus rayos. 
De
  cada uno, seguí la estela. 
Libé su
  néctar 
de
  malva, lirio y de sanjuaneras. 
Sabor
  a mieses, 
en
  paladares de gozos tibios.  
Fusión
  de esperas. 
Como a
  la escarcha me ha diluido 
su etérea
  llama. 
Dancé
  en su pira de espumas huecas. 
Prendí perseidas, 
pinté las huertas, 
conté la arena, 
cabalgué montes, amansé fieras, 
sembré las aguas... Su ardiente ánimo 
me confortaba. 
Rozó su
  aliento 
mi piel
  morena, mi cuello inhiesto. 
Me inoculaba 
brillo
  en el alma, fuego en las venas. 
Tras de sus pasos, 
jornadas locas, noches en vela. 
Sueño ligero, 
como fragata que apura el vuelo. 
Y juntos somos: 
huella en caminos, 
alas del viento, 
sombra en la estepa, 
vela en navío, 
flor en la roca, 
cobijo y siesta 
del peregrino. 
Frente a los trigos, 
mecen y guiñan los girasoles 
sus mil pestañas,que el pintor plasma con pincel mago. 
En nuestro lecho 
tules hialinos, festoneados 
con luna llena.  
Trémulo el cuerpo, de sed, me abrasa. 
Y en lontananza, 
con el crepúsculo ceñido al talle, 
mi recio estío,  cálido amante, se me derrama. Tina de Luis | 
martes, 7 de agosto de 2018
TORNASOLADOS
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En el poema aparece la palabra FRAGATA. En mi texto se refiere al ave que lleva ese nombre y que es capaz de volar durante más de una semana sin tocar tierra. Ni agua. Además, duermen un promedio de 42 minutos al día y la forma de hacerlo es muy peculiar. ¿Quién no desearía ser fragata en vuelo?
ResponderEliminarOs dejo un enlace para ampliar la información: https://www.bbc.com/mundo/noticias-37409711