martes, 8 de noviembre de 2016

TODO ALUMNO ES CAPAZ DE APRENDER

Hace unos días hablaba con una buena amiga y surgió un tema muy interesante, del que se podría hablar mucho. En este momento lo que me interesa es poner de manifiesto la idea fundamental que se deriva de la conversación.
Yo le pregunté a mi amiga acerca de un tema que domina bastante bien. Ella se explayó en la explicación, intentando darme una información exhaustiva. 
—Espera, espera le dije. ¿Te importaría empezar de nuevo, como si no tuviera la menor idea de ello? 
—Es que el tema no se puede explicar de otra forma, es lo que es. 
Así me pierdo, no te voy a entender casi nada.
—Pero déjame llegar hasta el final sin interrumpirme. Además, ¿quién es la profesora ahora? Pues seré yo la que sepa cómo tengo que enseñártelo. No se puede explicar de forma más sencilla. 
—Entonces, demuestras no ser una buena profesora. Tu alumna te está diciendo que se pierde.
—Hay alumnos muy torpes, que no siempre son capaces de aprender y seguir al profesor. Tal vez tú seas ahora una de ellos.
—Es el profesor quien tiene que adaptarse a los alumnos, eso lo sé muy bien, precisamente, por experiencia. Lo de "la lección magistral y quien pueda seguirla bien y quien no, que se aguante" se acabó. No existe alumno tan torpe como para no ser capaz de aprender algo. El mejor profesor es aquel que sabe  lo que su alumno es capaz de aprender y busca el modo de enseñárselo. Si solo es capaz de aprender el "1", empezará por el "1", luego seguirá con los demás números.
No cambió mucho el método, yo seguía sin entender y le pedí de nuevo que empezara por lo más elemental.
—También sabrás que no se puede interrumpir al profesor cuando explica, ¿no? ( enfado incipiente).
—En determinados momentos se puede.
—¿Ah, entonces cualquiera puede interrumpir?
—No siempre ni cualquiera, pero imagínate ahora que a un alumno le están dando la clase en ruso y no tiene la menor idea de ese idioma, ¿debe esperar una hora hasta que termine, sabiendo que será un tiempo perdido?
—Vale, tendremos en cuenta las reglas —se limitó a decir.
Al hilo de esta reflexión me viene a la mente este otro caso: 
Más de una vez he rebatido a algunos compañeros, docentes, la arraigada convicción en ellos y algunos otros de que el mejor profesor es el que más dominio tiene de la materia y que el hecho de dominarla es garantía de impartirla mejor que nadie. No estoy de acuerdo. Mi creencia es que el mejor profesor es el que sabe CÓMO enseñar. Han existido y existen profesores capaces de hacer aprender a sus alumnos lo que ellos mismos no han sabido.

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