jueves, 17 de agosto de 2017

APASIONANTE LEYENDA SOBRE TORRE DE LA SAL

En el pueblo de Torre de la Sal aparece esta inscripción, de lo más interesante:


“… desde la orilla de la playa frente a la Torre de la Sal y dirigiendo la vista al mar en un día que esté tranquilo y haga sol, en el centro de una extensión de aguas diáfanas se observa un manchón oscuro; entrando en un bote se ve que lo producen los cimientos de una población y esa es Hylactes.”
J. Peris Fuente, en 1922, guiado por la “Ora Marítima” de Rufo Festo Avieno

Hylactes, Hystra y Sarna son tres poblaciones que no se han sabido localizar hasta el momento. Pertenecen a la Hispania Tarraconense.
La Tarraconense (del latín Hispania Citerior Tarraconensis) fue una provincia romana y después visigoda de Hispania. Su capital fue la Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco, 12 la actual Tarragona, de la cual tomaba su nombre.
Fue una de las provincias más grandes del Imperio romano hasta finales del siglo III cuando la reorganización de Diocleciano desgajó la Cartaginensis y la Gallaecia de ella. A pesar de su gran tamaño, salvo las zonas de la costa mediterránea, estaba bastante despoblada y tenía un grado de urbanización menor que el resto de territorios hispanos.

Rufo Festo Avieno fue un poeta latino del siglo IV cuyo nombre completo, Postumius Rufius Festus Avieno
Era natural de Volsinii en Etruria, procedía de la distinguida familia de los Rufii Festi. Hombre de inmensa cultura, fue dos veces cónsul. 


Sobre Joaquín Peris Fuentes, también conocido con el mote del 'toro rojo', nació el 18 de marzo de 1854, y murió el 1 de enero de 1939. Intelectual e historiador burrianense, asistió de pequeño en las escuelas oficiales de la Merced. Estudió bachillerato en Castellón de la Plana y leyes en la Universidad de Valencia, pasando luego a Madrid, donde se doctoró. Obtuvo la concesión oficial del Puerto de Burriana, en su proyecto y estudios gastó mucho dinero, sufrió con angustia varias revueltas populares que le culpaban de que no se tirara adelante el proyecto, lo que le obligó a dar la concesión al Ayuntamiento de Burriana el 1917, por un tercio de lo que le había costado. Tuvo un archivo-biblioteca de un valor incalculable.

Desarrolló los cargo de juez y alcalde, entre el 1 de julio de 1899 y el 19 de abril de 1901. Fue quien solicitó a la Reina María Cristina de Austria el título de ciudad para Burriana, que se le otorgaría dos meses y medio después de dejar el cargo, el 7 de julio de 1901. Siendo alcalde prohibió el toro por la villa y el pueblo se le sublevó. Para complacerlos compró un toro en Sevilla ; un toro de color castaño que se soltó en las fiestas de la Misericordia, provocó varios heridos y tres muertos. Desde entonces Don Joaquin fue el toro rojo.


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