Las semillas de sésamo o ajonjolí aportan al organismo unos nutrientes de importancia capital para su buen funcionamiento: calcio, magnesio, potasio, fósforo, zinc, hierro... Vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B9 y E. Grasas no saturadas y alto contenido en fitoesteroles. Sus beneficios son múltiples y muy importantes: salud ósea, refuerzo del sistema inmunológico, control del colesterol y la hipertensión, protección del hígado contra el daño oxidante, entre otras.
Tiene un contenido de calcio ocho veces mayor que la leche. Por todo esto hemos de procurar incorporarlo a nuestra dieta regularmente. Hay muchas formas diferentes de consumirlo, algunas un poco latosas: leche de sésamo, tahine...
Yo ya he encontrado la mía y estoy encantada´por lo cómoda y sencilla que es. Lo tomo cada día en el desayuno. Os explico:
1. Compro el sésamo ya tostado y me quito una tarea.
2. Después muelo parte de él en el molinillo de café. Parece ser que molido, al romper la cascarilla, el organismo lo asimila y aprovecha mucho mejor.
3. Añado miel hasta que queda cremoso.
4. Me hago tostadas con pan natural y en lugar de mermeladas y/o azúcares, más bien perjudiciales, las unto bien con esta crema de sésamo y miel.
Es perfecto, todo ello beneficioso para la salud, riquísimo y fácil de preparar.
Aquí os dejo un enlace donde se explica lo que ya os he anticipado, y hay muchos más en Youtube.
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