—Vengo a eliminarte
—respondió este—. Por tu culpa, mi trabajo es muy duro, ingrato y despreciable, ya no lo soporto.
Deseo retirarme de una vez, y descansar.
—¿¡Quiere acabar
conmigo!? No entiendo el motivo. ¡Ni siquiera me conoce! Muchos los intentaron y
lo intentan, pero no es sencillo.
—Te conozco demasiado
bien: eres la Vida y yo..., la Muerte. Mientras
tú existas, mi obligación es seguir. Hasta que no te aniquile, no podré parar.