Regué de calor primaveral tu primavera fría.
Me tejí en hilos de sol para volverme enredadera
y trepar hasta tu alcoba de apatía.
Soñé sobre tus sueños mis recuerdos.
Suturé tus raíces y tu tez baldía.
Resplandecimos de ausencias y de encuentros.
Hoy los besos llenaron mi boca de tu polen,
que germinó en mis labios como eterna poesía,
como ola fecunda que, desde el corazón del piélago,
se alza y rompe y esparce sus espumas
sobre nuestra playa tamizada de silencios.
Nosotros..., retoño, pétalos, volcán de flores;