martes, 2 de septiembre de 2014

VIAJE A RUMANÍA: BUCAREST, MOLDAVIA, TRANSILVANIA...

Ha sido un viaje agradable, entretenido,  y relativamente tranquilo. 
Para mí la edificación más imponente es el Parlamento o Casa del pueblo.  Este impresionante edificio es el más grande, costoso y pesado del mundo según el libro Guinness de los records, además de ser el segundo con la mayor superficie de fachada (después del Pentágono) y el tercero en volumen total. Fue construido a instancias de Ceauşescu. Para ello fue necesario el derribo de varios barrios de la parte alta de la ciudad con un total de doce iglesias, dos sinagogas, tres monasterios y más de 7.000 casas. Proyectó también una gran explanada enfrente, en la que pudieran concentrarse miles de personas que lo escucharan y aplaudieran cuando asomara  al balcón principal. Sin embargo, no llegó a estrenarlo: fue fusilado. Según una leyenda urbana popular el parlamento fue estrenado por Michael Jackson, quien asomado a uno de sus balcones gritó a la gran masa "Hello Budapest, I’m so glad to be here (Hola Budapest, estoy muy contento de estar aquí)". Aunque en realidad esta frase, no fue dicha en el Parlamento sino en el Estadio Nacional durante un concierto. Si os interesa el tema, podéis ampliar la información en estas páginas Web:



El edificio histórico que más me ha gustado: el Castillo de verano de la monarquía: Peleş. Todo su interior es un derroche de maderas talladas y labradas artísticamente, con un gusto exquisito. Alberga una de las mejores colecciones de arte en Europa oriental y central, que consiste en estatuas, pinturas, muebles, armas y armaduras, oro, plata, vidrios de colores, marfil, porcelana fina de Sevres y Meissen, tapices, alfombras, cuero de Córdoba. Tal vez los temas más aclamados son las vidrieras pintadas a mano, en su mayoría suizas.



Lo más intrigante y turístico: el castillo de Bran, y todo el misterio que gira en torno a él, debido a la novela "El Conde Drácula" de Bram Stoker. El escritor se sirvió de algunos aspectos de la vida de Vlad Drăculea, también llamado Vlad Tepes o Vlad "El empalador". Usó este castillo como modelo para describir el del vampiro.  Además, la imagen del castillo de Bran ha sido utilizada en múltiples adaptaciones de Drácula al cine, y de manera informal ha llegado a ser conocido como «Castillo de Drácula»
Vlad Tepes, según parece, era primo lejano de Elizabeth Bathory, «la Condesa Sangrienta» otra persona en la que se inspiró Bram Stoker. Según la Wikipedia "Erzsébet o Elizabeth tiene  el récord Guinnes de la mujer que más ha asesinado en la historia de la humanidad con 630 muertes. Usaba la sangre de jóvenes y niñas para bañarse y beberla, porque aspiraba a la eterna juventud. Aunque según algunas opiniones, los crímenes atribuidos a la condesa pudieron ser invenciones de sus enemigos en un contexto político muy complejo, para buscar su perdición y muerte. 
La vida de esta princesa húngara ha inspirado muchas obras literarias y películas. En estas páginas podéis conocer muchos más detalles sobre ella y sobre las prácticas de Vlad "El empalador":







En Bucarest me ha encantado comer en el resturante Caru cu Bere, un restaurante que data del 1879. Una auténtica leyenda viva y una de las cervecerías más antiguas de Bucarest. Se abrió por primera vez en en la antigua posada de Zlatari y 20 años más tarde se trasladó a Stavropoleos calle donde aún sigue. El edificio tiene un gran valor arquitectónico, además de un gran interés culinario.
  

No os perdáis esta visita en 3D; os encantará.
http://www.carucubere.ro/ro/#menu-item-71
Primero pinchas donde indica la flecha blanca y después en la pestaña que señala la flecha roja. Cuando se abra, unas graciosas jarras de cerveza te indicarán el recorrido.

                           

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Me ha llamado la atención el culto ortodoxo.  Entre otros, visitamos varios monasterios en Moldavia: Moldovita, Sucevita, Voronet... y en Transilvania: Sinaia, Iglesia Negra de Brasov... Desconozco el porcentaje de creyentes y practicantes en el país, pero  las personas que vi en los santuarios o iglesias parecían muy devotas. Se persignan tres veces seguidas, en la última casi tocan el suelo con la mano, dan repetidos besos a los iconos de los santos o reliquias. Las misas duran cuatro horas y deben estar de píe todo ese tiempo; no hay apenas bancos  para sentarse y el espacio interior de casi todos los lugares de culto ortodoxo que vimos era muy reducido. También pudimos ver algún que otro sacerdote ortodoxo con su mujer e hijos.
Esto en Moldavia, porque, curiosamente, en Transilvania predomina la religión católica ya que durante muchos años fue un territorio austro-húngaro, con una gran influencia sajona o alemana. De hecho, en la zona siguen hablando  el húngaro, que convive también con un importante legado de términos alemanes. Toda esta zona de Transilvania está rodeada por los cárpatos y conserva, de ese modo, un alto grado de independencia.




En cuanto a la naturaleza, hay unos paisajes muy verdes y espectaculares en torno a todo el inmenso sistema montañoso de los Cárpatos.
Rumanía es el segundo país, tras Rusia, con más bosques vírgenes de Europa, y alberga un tercio del total europeo de  aguas termales y minerales.


Me ha gustado la comida en general. Dicen que Rumanía tiene buena gastronomía. He degustado platos tradicionales del país como:

Sarmalute con mamaliga (muy parecida a la polenta), las típicas sopas ciorba o borsh... (nos las pusieron con cebollitas y pan para ir mezclando), mititei a la brasa, Babaganoush, un paté de berenjena riquísimo (ya lo he experimentado en casa, pero voy a probar con 4 o 5 modalidades más y luego pondré la que más me guste en el blog), un postre llamado papanat y un dulce que se come calentito y que venden en muchos puestos, el Kurtoskalacs, que nos compró la guía, Ioana, además de otras especialidades.




En conclusión, el viaje, como he dicho al principio, ha sido agradable, entretenido, con una atención extraordinaria de la guía, Ioana y del conductor, Jorge... Ambos se han portado francamente bien con todos nosotros, siempre con un gesto de agrado y pendientes en todo momento del grupo. Los compañeros de viaje estupendos y con un sentido de la puntualidad increíble. Saludos a todos los mencionados, en especial a Víctor y Ana, una simpática pareja de Plasencia con la que pasamos buenos ratos (quedaron en escribirme un mail y aún estoy esperando; yo no tengo su correo).
Rumanía tiene aún mucho que restaurar, hay zonas bastante envejecidas, aunque muy limpio todo. El estado de las carreteras es muy precario, sin autovías ni autopistas, lo que demora demasiado los desplazamientos. Si no fuera por ese motivo se podrían visitar bastantes lugares más. Sin embargo, siempre es un atractivo ver cómo se desenvuelve la vida en un país, la actitud de las personas, sus costumbres, sus comercios, sus rincones... Y aunque lo vemos con ojos de turistas, entre lo que observas y lo que te cuentan los de allí, te haces una ligera idea. Me ha gustado ver este país en vías de desarrollo, que se debate entre una trayectoria histórica que le ha llevado a la apurada situación economía actual y un arraigado deseo de superarlo. Luchan por salir adelante y se lo merecen. Para mí ha merecido la pena el viaje, todo país es digno de ser visitado.







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