Para muchos el periodo de vacaciones está llegando a su fin. En los meses de Julio y Agosto el número de personas que gozan de vacaciones es muy elevado. Quien más y quien menos realiza actividades que rompen la rutina anual. Hay personas que, por desgracia, no pueden permitirse el placer de unas vacaciones o, aun teniéndolas, por motivos de distinta índole, no se plantean ninguna salida o actividad extra. Y hay personas que ni siquiera se encuentran con una vuelta al trabajo, porque no lo tienen. Esto es lo único que hay que lamentar.
Para que las vacaciones merezcan la pena de verdad debemos ver su lado bonito: antes de tomarlas, mientras acontecen y cuando finalizan. Antes, preparándolas, imaginándolas, deseándolas... Después, saboreando su recuerdo, sus buenos momentos; pensando en lo bien que nos ha venido para la mente y para el cuerpo y sentir la satisfacción de que todo haya salido bien (no todo el mundo puede decir lo mismo).
Así que, ¡ánimo!, quienes las puedan disfrutar y ya lo hayan hecho, no deben sentirse decaídos o cabizbajos a la vuelta; llegarán otras y otras... y muchas más. Hay que enfrentarse al trabajo con optimismo y energías renovadas.
Así que, ¡ánimo!, quienes las puedan disfrutar y ya lo hayan hecho, no deben sentirse decaídos o cabizbajos a la vuelta; llegarán otras y otras... y muchas más. Hay que enfrentarse al trabajo con optimismo y energías renovadas.
Yo sí puedo afirmar que he contado con unas buenas vacaciones, entretenidas, relajadas y con actividades variadas.
Entre otras cosas, he viajado a RUMANÍA.
Mañana pondré otra entrada acerca de este viaje.
Entre otras cosas, he viajado a RUMANÍA.
Mañana pondré otra entrada acerca de este viaje.
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